El éxito de un emprendimiento depende de diversos factores, muchos de ellos externos. Pero hay otros tantos internos, capaces de hacer daño y evitar que tu negocio vaya por buen rumbo. De ellos te contaremos hoy.
Según Forbes México, esos 10 enemigos para el éxito de tu emprendimiento están dentro de ti. Son parte de tus emociones y tu forma de ser; por lo que es posible que no los detectes en algunos casos o no llegues a notar lo negativos que pueden a ser.
- Miedo: Es una emoción que puede paralizar a las personas. Es necesario identificarlo para tomar las medidas que te lleven a enfrentar ese miedo a través de acciones. ¿Qué pasa cuando el miedo está presente? Piensas siempre en el peor de los escenarios o no te atreves a intentar algo nuevo.
- Inseguridad: El 80% de la compra y la venta dependen de la comunicación efectiva. Un vendedor inseguro no transmite confianza ni certezas a su potencial comprador. Tú como emprendedor, aunque no te dediques a comercializar un producto, sí debes vender tu idea a posibles inversionistas y/o a personas valiosas que quieres que formen parte de tu equipo de trabajo. ¡Así que titubear no es una opción!
- La desvalorización: Si tú no te crees el cuento, nadie más lo hará. Es muy difícil comunicar algo que internamente no sientes. Por ejemplo, ¿Cómo justificas el aumento de precio de tu producto cuando tú mismo sientes que no lo vale o que nadie lo va a pagar?
- El conformismo: Esta actitud mantiene alejadas la innovación y la creatividad, porque te sientes dentro de tu zona de confort. Crees que tu producto/servicio es suficiente y no piensas en diferenciarte de la competencia, ofrecer algo de mejor calidad, optimizar tus procesos, etcétera.
- La inconsistencia: Mantener un ritmo de trabajo irregular, con épocas de mucha productividad y otras donde se hace poco, impide tener una línea de tiempo estable que te acerque a alcanzar tus metas.
- El desenfoque: Tener muchos focos de interés y repartir tus esfuerzos en demasiados proyectos a la vez te puede jugar en contra. No vas a reconocer exactamente cuánto tiempo/dinero/trabajo estás invirtiendo en cada uno y probablemente ninguno va a despegar tan rápido como esperas.
- La desidia: Cuando te dedicas a algo que no te gusta, aparece la falta de interés. Pero este no debería ser nunca el caso de un emprendedor, ya que tener un negocio propio es algo que demanda tanto tiempo y tanta pasión, que ojalá sea algo que te guste y motive.
- Falta de compromiso: ¿Compromiso con quién? Contigo mismo y la meta que te propusiste, con el equipo que trabaja de la mano contigo para sacar adelante el proyecto, con los inversores que apostaron por ti, con tus clientes.
- La indisciplina: La ausencia de orden y hábitos te lleva a no cumplir con tus responsabilidades y en consecuencia no alcanzar tus metas.
- El autosabotaje: Actos o conductas inconscientes que obstaculizan la consecución de metas. Por ejemplo, excusas o pretextos que te das a ti mismo para no hacer algo que sabes que debes hacer por el bien de tu negocio.
Ahora bien ¿crees que tienes alguno de estos enemigos en ti? ¡Trabájalos! No dejes que ellos te ganen y se el emprendedor exitoso que sabes que puedes ser.
Deja una respuesta